Las mujeres con epilepsia, como cualquier otra mujer, pueden quedarse embarazadas y tener hijos completamente sanos. No obstante hay una serie de problemas específicos de la mujer con epilepsia que hace que el embarazo deba ser planificado con meses de antelación y controlado muy cercanamente tanto por el neurólogo como por el ginecólogo.
CREENCIAS Y DICHOS POPULARES:
- “Las crisis aumentarán durante el embarazo”:
Las crisis pueden aumentar en un 15%, disminuir en un 25% y no cambiar su frecuencia en el 60% de los casos. El aumento de las crisis puede deberse a distintos motivos como falta se sueño, estrés o ansiedad, cambios bioquímicos y hormonales y, frecuentemente, a un mal cumplimiento del tratamiento por miedo a los efectos adversos de los fármacos sobre el niño. Este último hecho puede condicionar la aparición de crisis severas graves tanto para la madre como para el niño.
No se debe dejar ni disminuir el tratamiento por cuenta propia. Su neurólogo optimizará el tratamiento para minimizar el riesgo de efectos adversos pero también de las crisis.
- “Las mujeres con epilepsia tienen más riesgo de complicaciones durante el embarazo”
Es cierto que las mujeres con epilepsia embarazadas tienen un riesgo algo mayor de complicaciones como caídas y golpes por las propias crisis. Algunos estudios han encontrado un riesgo mayor de sangrado vaginal, náuseas y parto prematuro. No obstante estas complicaciones han disminuido en los últimos años por un mayor control y vigilancia por parte de neurólogos y ginecólogos.
- “Los hijos tendrán más riesgo de malformaciones”
El riesgo de tener un hijo con una malformación congénita es del 4-8% comparado con el 3% de la población general. La causa del este aumento de riesgo no es del todo conocida y está en relación no solo con la medicación sino también con la presencia de crisis durante el embarazo y factores genéticos.
Las mujeres con epilepsia que quedan embarazadas tienen más de un 90% de probabilidades de tener un bebé sano.
Es fundamental planificar el tratamiento con antelación para evitar aquellos fármacos relacionados con un mayor índice de malformaciones, tomar suplmenetos vitamínicos y realizar un control ginecológico muy cercano para detectar malformaciones graves lo más precozmente posible.
- “Los hijos herederán la epilepsia”
La epilepsia como tal sólo se hereda en muy pocos casos. La probabilidad de que la descendencia no tenga epilepsia es del 80-90%.
- “Siempre es mejor una cesárea a un parto vaginal en una mujer con epilepsia”
Es falso. La decisión de un parto vaginal o de una cesárea será individualizada y estará basada en el criterio del ginecólogo que atiende el parto. Se puede administrar anestesia epidural. El riesgo de tener una crisis durante el parto es bajo y, si ocurre, el equipo médico se ocupará de la seguridad de la madre y del niño. Es por ello que se recomienda que el parto tenga lugar en un hospital y que el equipo que la atiende durante el mismo esté al corriente de su epilepsia y tratamiento.
- “Las mujeres con epilepsia no deben dar el pecho a sus hijos”
También es un falso mito arrastrado históricamente de generación en generación. Es cierto que la mayoría de los fármacos antiepilépticos pasan a la leche materna pero lo hacen en poca cantidad por lo que, en general, se permite dar el pecho. Es recomendable vigilar al bebé y hablar con el médico si nota al bebé somnoliento. También es importante que la madre que de el pecho descanse correctamente por la noche para evitar la aparición de las crisis.
RECOMENDACIONES A LAS MUJERES CON EPILEPSIA:
- Si usted desea quedarse embarazada debe recabar información suficiente sobre los riesgos que conlleva para usted y planificar el embarazo de un modo adecuado.
- Además debe acudir frecuentemente a su neurólogo y a su ginecológo antes, durante y después del embarazo. Así podrá resolver todas las dudas que tenga sobre planificación familiar, optimización del tratamiento, lactancia y otras dudas.
- Nunca deberá dejar el tratamiento por su cuenta propia.
- Debe descansar y hacer ejercicio moderado.
- Tiene que comer de un modo equilibrado y añadir a su comida suplementos vitaminicos, especialmente ácido fólico, antes y durante embarazo.